El proceso creativo dentro del aula
Antes
de introducirnos en lo que es netamente la creatividad dentro del aula, es
necesario destinar unas pocas líneas al concepto de creatividad propiamente
tal. Entenderemos la creatividad como una capacidad que posee el ser humano
para crear cosas nuevas (RAE, 2001), al ser una capacidad humana esta se puede
desarrollar y potenciar. Es importante destacar este último punto ya que a lo
largo de este ensayo abarcaremos lo que ocurre con la creatividad dentro del
aula, siendo este el lugar donde como docentes buscaremos desarrollar esta
destreza en nuestros alumnos y alumnas.
Retomando
el concepto de creatividad, nos hacemos la pregunta de por qué es tan
importante potenciar y desarrollar esta capacidad. La respuesta la encontramos
en lo que nos dice Csikszentmihayli en 1998[1],
quien destaca que los factores que se involucran en el proceso
creativo tanto individuales como sociales ayudan a los sujetos a trasformar su
vida y hacerla más interesante y fructífera. Al mismo tiempo, relaciona los
efectos y productos del procesos creativo con el enriquecimiento de la cultura.
Dentro
del proceso creativo se pueden identificar cinco etapas, los que describen el
paso a paso que debe seguir el sujeto y sus ideas para llegar a un nuevo
resultado: en primer lugar debe haber una orientación hacia
la identificación y definición de un problema. Segundo, existe la preparación en
donde se recopila toda la información que es útil sobre el problema. En tercer
lugar, aparece la etapa de la incubación, período en que no aparece
ninguna solución concreta a la vista y existe mucha confusión sobre qué hacer,
sin embargo, luego aparece la iluminación que permite a la
persona visualizar una idea general de cómo solucionar el problema y finalmente
se despliega la verificación, que como su nombre lo dice, verifica
o corrobora si la solución que dio para el problema es viable para
solucionarlo.
Ya
hemos definido lo que entendemos por creatividad y la importancia de trabajar
con esta. Ahora, como dice el título de este ensayo, nos proponemos describir
cómo se desarrolla esta creatividad dentro de la sala de clases. En primer
lugar es importante destacar que el sujeto que se enfrenta al proceso creativo
-en este caso los alumnos- requiere un espacio que le permita disponer de un
tiempo que favorezca y permita el desarrollo de la creatividad. Este tiempo
permite que el individuo motive la voluntad para pensar y
ampliar sus estados cognitivos haciéndolos más abstractos y
flexibles (Betancur, 2002). Todas estas características son
factibles de establecer dentro de la sala de clases. Es el docente
el encargado de facilitar y proporcionar este ambiente favorable para
la creación.
Así
como la enseñanza debe ser para todos los alumnos (MINEDUC, 2003), la
creatividad debe ser desarrollada, conservada, valorada, cultivada y para todos
los estudiantes. El proceso de crear debe ser enseñado por el docente a sus
alumnos facilitándoles su aprendizaje, debe crear un ambiente propicio para el
proceso creativo facilitando la participación de todos. No todos los profesores
se preocupan de dar el espacio de crear a sus estudiantes y menos les permiten
ser creativos, marginándolos de un mundo de cosas nuevas, servibles e
importantes para su imaginación, abstracción y desarrollo como seres humanos.
[1]
Citado en Rianudo (2002) Reseña de “Creatividad. El fluir y la psicología del
descubrimiento y la invención.”
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